Recuerdo una vez, no se que año sería, siendo yo aun un crió la navidad cayó en fechas desgraciadas, sobre todo porque el día de reyes era un domingo y el lunes empezaban las clases en el colegio. Con lo cual no tuvimos tiempo de disfrutar de los juguetes.
Como os podéis imaginar me pase toda la mañana sin atender en clase, solo mirando el reloj y anhelando llegar a casa para volver a jugar, y podéis recordar conmigo esa sensación de ser feliz sólo por tener algo tan pequeño.
Así te he querido durante años, vivía en una fase de transición que aun sufro a veces, mi amor por ti esta guardado en un cajón, pero si el día es largo, si la vida es dura o si me siento triste no tengo más que pensar que esta ahí y cuando todo acabe y esté solo pueda abrirlo y dejarme inundar por una sensación de plenitud, olvidando todo el desastre que es vivir cuando todo lo que quieres no lo tienes por la distancia o por las circunstancias del resto de cosas que hay que hacer en la vida y consigo ser feliz a pesar de todo.
Que extraña es esta vida que te convierte en un animal capaz de sentirte pleno solo por ser capaz de entender que lo verdaderamente importante de esta vida es la trascendencia de un sentimiento que puede hacer que seas capaz de hacer cualquier cosa por una persona. Te quiero porque aunque sé que todo el resto de mi vida es importante tu siempre estarás en mi mente, en mis sueños, en mis anhelos y deseos y aunque me faltara todo lo demás seria feliz solo contigo.
Te adoro mi vida.
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